miércoles, 13 de noviembre de 2013

Capitulo 3.

Los minutos parecían horas y yo aún no me levantaba del porche. El aire frío de la noche me daba en la cara y alguna que otra vez tosía, abrazándome a mi misma. Eran las siete de la tarde y Maura había salido más de cinco veces, preguntándome que qué había pasado; yo negaba y le decía que puras tonterías, que simplemente nos habíamos peleado sin alguna razón. Otras preguntándome que si quería comer y volvía a negar, que me perdonara, que no tenía hambre. Las luces de las farolas comenzaban a encenderse mientras me levantaba y empujaba la puerta que permanecía entrecerrada, para que pudiera entrar cuando quisiera.
  Niall estaba acostado en el sillón, con los cerrados y temblando. Miré a mi al rededor divisando una manta sobre el último escalón de la escalera. Me acerqué a esta cogiéndola y caminando hacia el sillón, la desdoblé y se la puse por encima. La apretó en sus manos y se tapó hasta el cuello, creando así una sonrisa sobre sus labios. Me quedé por un momento mirándole y me agaché a su altura, poniéndome de rodillas y pasando la mano por su pelo dulcemente, besando su frente y deseándole buenas noches.

  En un momento inesperado, abrió los ojos y nuestras miradas se cruzaron justo cuando me estaba levantando. Me sonrió de lado y se sentó en el sofá, mirando hacia el suelo.
  - Perdona si te des.. -empecé a hablar y me interrumpió.
  - Gracias -levantó la cabeza en dirección hacia mí aún con esa sonrisa- por la manta.
  Negué con la cabeza mientras yo también sonreía y este cogiéndome de la mano, me jaló hasta quedar sentada en el sillón y se puso de lado.
  - Y perdóname -murmuró apartando por un momento la mirada- empecemos de nuevo.. -dijo y extendió su mano hacía mí, esperando a que se la cogiera.
  - ¿Crees que es tan fácil? -susurré apartando su mano, mirándole- las cosas no son así, Niall.
  - ¿Y entonces? -preguntó mientras volvía a guardar su mano bajo la manta, subiendo las piernas al sillón- No podem.. -y le besé.
  Le besé quizás para callarlo o porque realmente necesitaba sentir sus labios contra los míos. Una sonrisa se formó en los suyos e instintivamente, una sonrisa apareció en los míos seguida de la suya. Me fue tumbando en el sillón y se colocó encima tapando a ambos con la manta, envolviendo su mi cintura con sus brazos y poniendo la cabeza en mi cuello, acurrucándose. Lo adorable que podía llegar a ser era increíble.

  Estar en sus brazos me transmitía aquella sensación que desde hace tiempo nunca había sentido; seguridad. Realmente me sentía segura cuando me abrazaba y aquella noche, dormimos abrazados. Él encima de mí y sin cambiar de posición, así hasta las nueve de la mañana. Notaba su respiración constantemente en mi cuello a lo largo de la noche. Su respiración cansada y seguida siempre de suspiros.
  De vez en cuando, me apretaba y casi me dejaba sin respiración debido a la fuerza con la que lo hacía para luego soltarme y quedar como antes.
  Y hablando de dormir, creo que nunca había dormido tan bien aún teniendo un peso encima. Pero ese peso no era molesto, al contrario, sinceramente me encantaba. Y me encantaba tener su cabeza apoyada en mi hombro, en dirección a mi cuello y haciéndome estremecer con cada respiración. Aún su cabello desprendía ese olor a vainilla que desde un principio me había dejado la mente en blanco.

  Pero lo mejor fue por la mañana, cuando levantó la cabeza y con sus preciosos ojos entrecerrados, lució una sonrisa cansada y depositando un beso en mis labios, susurró:
  - Buenos días, guapa -y volvió a hundir su cabeza en mi cuello, abrazándome más fuerte de lo normal, tal vez igual que la noche anterior mientras dormíamos- ¿como has dormido?
  Sonreí y puse una mano en su pelo, acariciándoselo.
  - Muy bien, ¿y tú? -dije y después alargué- casi me dejabas sin aire, eh.. -dije tras una risilla.
  Noté su sonrisa pegada a mi cuello y abrió la boca, soltando un suspiro para a continuación hablar.
  - Me preocupaba que pudieras haberte ido y simplemente averiguaba si lo habías echo..
  Mis mejillas tornaron un color parecido al carmesí y bajé mi mano por su nuca y seguí bajando por su espalda cubierta por un suéter.
  - Aparte de que no puedo levantarme, ¿por qué hubiera querido irme? -solté en un susurro.
  Se encogió de hombros y volvió a atraparme entre sus brazos tal y como me gustaba que lo hiciera, sintiendo como cerraba los ojos.
  - No sé.. pero no importa, sigues aquí y eso me gusta.. -murmuró.
  Y lo dijo de tal manera, que me hizo ponerme el vello de punta.
  - ¿Quieres desayunar? -volví a susurrar, pegándome a su oído.
  Asintió y sin soltarme, se levantó del sillón y caminó hacia la cocina.

  Reí y le di bromeando en el hombro, provocando que hiciera una mueca divertida y me echara a reír. Y entonces, sonrió. Me dejó sentada sobre la mesa y sin separarse, acarició mi mejilla viéndome directamente a los ojos.
  - Se lo que hiciste ayer cuando saliste a la calle, peque.. -y cuando aún tenía una mano en mi cara, se acercó lentamente y rozó su nariz con la mía- y todo fue por mi culpa, no te merecías llorar..
  Negué con la cabeza y acaricié el dorso de su mano, mirándole a los ojos. Dios, la palabra perderme era poco para lo que me producía cuando nuestras miradas se cruzaban.
  - No importa Niall.. olvidemos lo que pasó ayer, en serio.. Empecemos de nuevo -dije y sonreí.
  Esbozó una sonrisa y separándose un poco, me tendió su mano.
  Aguanté la risa y se la estreché, este beso la mía e hizo que me sonrojada.
  - Soy Niall -dijo aún rozando sus labios contra el dorso de mi mano.
  - Elisabeth. -susurré y levantó la cabeza, para a continuación empezar a besarme descontroladamente, lo que me hizo estallar en carcajadas y él también lo hizo - ¿no va usted un poco rápido, señor Horan?
  Puso cara de pensativo y negó, sonriendo con aquella sonrisa irresistible que tanto me gustaba para volver a besarme y pasarnos así un largo rato.
 
  Después de desayunar, cogí el móvil sentándome en el sillón, mientras Niall se sentaba a mi lado y me pasaba el brazo por encima. Abrí la conversación con Sell y sonreí.
  <¡BUENOS DÍÍÍÍAS!>
  Lo mandé y justo antes de bloquear la pantalla, respondió.
  <Buenos días:$>
  <Cuéntame, ya.>
  <Tu primero:$>
  Sin darme cuenta de que Niall no apartaba la vista de mi móvil, escribí.
  <Pues todo va genial, Niall es asjklw y más asjkelw, te juro que nunca he dormido mejor en toda mi vida.>
  <¿HABEÍS FOLLADO? ALAAAAAAAAAAA..>
  Me eché a reír a la vez que se me subían los colores y negué.
  <NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO, solo abrachitos y bechitos. AHORA CUENTA TÚ.>
  <Pues mira, cuando se despertó, me preguntó que si hacía mucho tiempo que la película se había acabado, yo negué {aunque la verdad había pasado una hora y media JAJAJAJA} y justo se fue a levantar y yo me fui a agachar para alcanzar el mando que estaba en el suelo y..>
  <¿YYYY? NO ME DEJES ASÍ.> reí.
  <JAJAJA ¿por donde iba? ah sí, y.. ¡NOS BESAMOS ASJKJAJHEGS!>
  Reí a carcajadas y escribí.
  <¿Y COMO BESA?>
  <Céntrate en los besos de tu rubio y deja los besos de MI Zayn. Asjkewlwj que bien suena.>
  E iba a responder cuando Niall me quitó el móvil y lo dejó sobre la mesa.

  - ¡Eh! -me quejé intentarlo alcanzarlo mientras reía.
  Negó con la cabeza y me tumbó en el sillón, sonriéndome.
  - ¿Por que no haces lo dice tu amiga? Ella tiene razón.. -susurró y se acercó a mí.
  - ¿El qu.. -y antes de dejarme responder, me besó.
  Al instante entendí y los dos sonreímos al mismo tiempo.      

miércoles, 30 de octubre de 2013

Capitulo 2.

Dejé el teléfono sobre la mesilla de noche no sin antes poner la música al máximo volumen y seguir con lo que estaba haciendo. Saqué toda la ropa, esparciéndola por la cama y guardando la maleta debajo de esta. Me levanté abriendo el armario, observando el espacio que había. 
  También lo compartiría con Niall. Como que no me sorprende. 

  Solté una risita debido a mis pensamientos y me dispuse a colocar la ropa dentro del armario, cuando abren la puerta. Giré la cabeza en dirección hacia ella y sonreí.
  - Terminé -dijo cerrándola y caminando hacia mí.
  - Que rápido, ¿no? -dije riéndome un poco, empezando a colocar la camisa sobre la percha. 
  De un manotazo, Niall me quitó la percha junto con la camisa, tirándola al suelo y me empujó contra la pared, consiguiendo con solo un movimiento acorralarme contra esta.
  - Niall.. -susurré y me eché hacia detrás todo lo que pude, evitando que cualquier parte de su cuerpo, rozara la mía.
  Y como si hubiera leído mis pensamientos, se apegó más a mí apoyando sus brazos en la pared, quedando justo en medio. Tenía su cuerpo completamente pegado al mío y nuestras respiraciones agitadas invadían la habitación. Subí mi mano por su pecho acariciándole y este la agarró, entrelazando los dedos y la levantó apoyándola de nuevo en la pared con la mía, en la suya. Hizo lo mismo con mi otra mano y acercó su cara a la mía aún sin separar ni un milímetros nuestros cuerpos. 
  
  Sonaba de fondo You're nobody 'till somebody loves you de James Arthur y de un momento a otro, nuestros labios estaban en una continua guerra de lenguas que no cesaba. Era lenta pero igual la música marcaba el ritmo. Soltó mis manos poniéndoselas el mismo alrededor de su cuello sin soltar mis labios si quiera y me alzó en el aire, haciendo que enredara sus piernas al rededor de su cintura. 
  Me apoyó contra la pared y en un instante, su boca acabó en mi cuello y negué rápidamente, cogiendo su cara entre mis manos y así quedar mirándolo a los ojos. A sus preciosos ojos.
  - Niall no.. -solté con la respiración agitada. Quitó mis manos de su cara y las puso sobre mi cabeza, apretándose de nuevo contra mí, haciéndome soltar jadeos inesperados.

  Cerré los ojos con fuerza echando la cabeza hacia detrás y sin saber porqué, le estaba dando paso a que siguiera su camino de besos húmedos por mi cuello. Y así lo hizo. 
  En cada beso, clavaba levemente sus dientes y luego pasaba su lengua. Aquello me estaba volviendo loca y más aún porque no solo lo estaba haciendo despacio si no porque realmente era una locura. 
  Tan rápido su boca buscaba la mía y al atraparla, esta sin dejar que yo le diera ordenes de no seguir, besaba con necesidad buscando la suya. Era algo irreal. 
  Sus manos acariciaban mi cadera haciéndome estremecer como tantas veces ya lo había echo con sus caricias. Unas cuantas veces intenté soltarme pero acababa siendo inútil. Al fin y al cabo, él era mas fuerte que yo y de alguna manera.. a la misma vez no quería que parara. Sus labios cada vez eran mas apetecibles y las ganas de pedir más aumentaban. Subió sus manos por mis costados lentamente, con parsimonia a la vez que el beso, iba al mismo ritmo.

  Sonó esta vez en aleatorio, The Wire de Haim.
  Mi espalda seguía apoyada en la pared mientras que Niall, volvía a pasar sus finos y deliciosos labios por mi cuello sin dejar ningún beso o alguna que otra mordida, solo pasada. Hubo un momento en el que quise que el tiempo se parara para quizás disfrutar más de aquel momento, sabiendo que una vez que acabara, no iba a saber que decir.
  Impulsándome, me apoyé sobre su pecho y este reaccionó, caminando hacia detrás y cayendo de espaldas a la cama. Era mi momento: o quedarme o salir corriendo y fingir que nada a pasado. Fingir que sus labios no han tocado los míos. Fingir que sus manos no han recorrido gran parte de mi cuerpo. Fingir que tal vez no siento nada por él. Una vez más, preguntas sin respuesta daban vueltas por mi mente haciéndome sentir confusa.
  Tomó mi cara entre sus manos depositando un beso en mi boca para después rozar su nariz contra la mía y quedarnos mirando.
  - Niall.. -dije intentando no parecer nerviosa.
  - Dime -me contestó sonriendo, acariciándome la mejilla y colocándome el pelo tras la oreja.
  Me quité de encima suya colocándome a su lado y mientras le miraba, negaba con la cabeza y me levanté de la cama. Este se quedó mirándome en se sentó, cruzando las piernas.
  - ¿Pasa algo? -me preguntó totalmente indiferente, como si nada estuviera pasando.
  - Pasa que tienes una cara que te la pisas -solté lo primero que me salió y ya que estaba, seguí- llego aquí y pretendes hacer como si me conocieras, tocándome y dios..
  - ¿Besándote? Sí, también. -sonrió mientras lo decía.
  - Eres un maldito estúpido, igual que todos -volví a soltar de la nada, con tal rabia en mis palabras que parecía que al decirlas, le odiara realmente.
  - ¿Perdona? -levantó una ceja a la vez que se levanta de la cama y caminaba hacía mí- Pues que yo sepa te has dejado tocar y besar por este estúpido, ¿no crees?
  Y sin darme cuenta, me tenía acorralada contra la pared de nuevo.
  - ¿Y se puede saber por qué lo has echo? -contesté intentando mantener escondido mi nerviosismo.
  - No has contestado a mi pregunta -me agarró de la barbilla, haciendo que lo mirara y sinceramente, sentí como ligeramente me fulminaba- vamos, contéstame.
  Me quedé callada sin decir nada, como si no le hubiera oído.
  - ¿No contestas? -dijo un poco más alto de lo normal y me soltó quitando su mano, haciendo que levemente me diera en la cabeza contra la pared- ¡Vamos! -y ahora si gritó.
  - ¡¿Pero que te crees?! -grité al igual que él, pasándome las manos por el pelo.
  - ¡¿Como que qué me creo, niñata?!
  De un momento a otro, su madre ya estaba en la habitación junto con un chico que tenía cierto parecido con Niall. Era alto y moreno.
  - ¿Que pasa aquí? -dijo Maura, acercándose a nosotros y colocándose en medio.
  - Que paso de dormir con esta.. -noté que se mordió la lengua y tragó saliva, pasándose la mano por la cara, desquiciado- con Elisabeth.
  - Pues ya está, no hace falta gritos para eso -volvió a hablar su madre, intentando calmarnos.
  - Discúlpenos -susurré cogiendo mi móvil de la mesilla de noche, quitando la música y salí de la habitación, rodeando al chico que estaba en la puerta y bajando las escaleras, sentándome en el sillón y soltando un pequeño grito ahogado.

  Me levanté y abrí la puerta de la casa, cerrándola y sentándome en el porche.
  Apoyé mis brazos sobre las rodillas y la cabeza en estos, mirando hacia la nada mientras suspiraba descargando el enfado que tenía encima. Saqué el móvil abriendo la conversación que tenía con Sell y negué con la cabeza escribiéndole.
<Niall es un estúpido.>
  Al momento ya me estaba vibrando.
<¿Que ha pasado?):>
<O espera.. ¡los dos somos estúpidos!>
<¿Quieres contarme o qué?):>
  Me pasé la mano por el pelo y lentamente, mientras iba recordando lo sucedido, lo iba escribiendo sin darme cuenta de como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
  Lo mandé añadiendo un "¿y tú que tal?" y agaché la cabeza, dejando que el resto de las lágrimas que estuvieran por salir, salieran.
  El móvil volvió a vibrar y levanté la cabeza, desbloqueando la pantalla y leyendo.
<¿Que dices? No me puedes estar contando esto joder.. que es tu primer día. Pero es que tu también eres tonta por parar eh Jajaja.. era broma, ahora en serio: es un poco descarado pero seguro que con el tiempo se le pasa, ya verás. Y no te sientas mal por esto, ¿sí? Que me pongo mal yo): Asdfgjk ¿a mí? Pues a mi genial. Estuvimos hablando y me contó cosas sobre él y yo hice lo mismo conmigo, la verdad es que me cae bastante bien aparte de estar para comérselo/violarlo pero olvidemos ese tema(: Ahora mismo tiene la cabeza apoyada en mis piernas y está durmiendo Asdfgjk si lo vieras.. Estábamos viendo una peli(:>
  Sonreí un poco y pensé que tal vez las cosas pudieran mejorar con el tiempo. Al fin y al cabo acabaría pidiéndole perdón por haberme comportado así y él.. él supongo que también o sinceramente, no sé que esperarme.                          

lunes, 14 de octubre de 2013

Capitulo 1.


Llegué a Irlanda sobre las diez y media de la mañana. Un taxi vino a recogerme en el aeropuerto y me llevó a aquella parte de Mullingar donde me esperaba mi estancia para mis próximas navidades. 
  El conductor me dijo que él era siempre el que solía llevar a gente de otros países en su coche y que aún no sabía porqué. Dice que casi nunca se subía gente de allí. Le respondí que tal vez era porque llamaba la atención a los extranjeros y este se echó a reír. Me pareció un señor bastante agradable.
  Se paró delante de una casa muy bonita. Tenía algunos adornos de las fiestas ya colocados y se veía con bastante vida. 
  Le pagué y me bajé del coche. Me ayudó con mis dos maletas hasta la puerta, aunque me negara a que lo hiciera y después se fue. Espero volver a verle.

  Dirigí mi vista hacia la casa y esbocé una sonrisa antes de tocar el timbre. Tenía que estar presentable. Una señora de más o menos mi altura, rubia y una preciosa sonrisa me abrió la puerta, cogiendo una de mis maletas y cerrando esta tras de sí.
  - ¿El viaje te fue bien, cielo? -me preguntó mientras me abrazaba.
  Asentí correspondiendole el abrazo y mi nariz se inundó de un olor a vainilla increíblemente delicioso. 
  - Todo perfecto -dije según me separaba y echaba un vistazo a mi alrededor.
  - Mi hijo el pequeño al final pasa también las navidades con nosotros.. -dijo señalando las escaleras con la cabeza- dormirás con él, espero que no te moleste.
  - No se preocupe -le respondí sonriendo levantando la maleta mas pesada del suelo.
  - Uy, que despistada soy -soltó una pequeña risita, lo cual era adorable- mi nombre es Maura.
  - Oh no, tranquila -reí un poco- un placer, yo Elisabeth.
  - Creo que me pareció leerlo en los papeles que me mandaron, tesoro -dijo esbozando una sonrisa y viendo como cogía la maleta- espera que llamo a mi hijo y viene a ayudarte.. -se acercó a las escaleras y subió.



  Solo fueron unos minutos los que pasaron para que a continuación, oyera unos pasos y dirigiera mi vista hacia la escaleras, viendo a un chico alto, rubio bajar por estas. 
  Vi como se acercó a mí y sus brazos me rodearon a la vez que depositaba dos besos en mis mejillas. El también soltaba un rico olor a vainilla. 
  - Soy Niall -dijo tras separarse y dedicarme una sonrisa.
  - Yo.. -en aquel momento no hacía otra cosa que mirar sus preciosos ojos. Eran azules.- .. Elisabeth.
  - Espero que no te moleste que duerma contigo.. Cualquier cosa me dices y.. -saber lo que iba a decir fue simplemente casualidad así que lo interrumpí y al cabo noté como mis mejillas tornaban un color levemente parecido al carmesí.
  - En todo caso, me vendría yo a dormir al sofá, así que tranquilo -le sonreí y cogí la maleta mas pequeña, para empezar a subir las escaleras y sentir como subía detrás de mí.



  Llegué a la habitación y la observé. Solo.. solo había una cama. De matrimonio. O lo que es lo mismo; una cama para dos. A cada lado una mesita de noche y a los laterales, dos ventanas. El cuarto era bastante acogedor.
  - ¿Te gusta? -le oí decir tras apoyar la maleta en el suelo.
  - Sí -respondí y me acerqué a la cama, dejando mi bolso de mano sobre esta y sentándome- mucho.
  - Pues genial porque si no entonces si tendrías que dormir en el sofá, y te advierto de que es bastante incómodo -dijo y los dos nos echamos a reír.

  Después de callarnos, caminó hacia donde yo estaba y se sentó a mi lado, dirigiendo su vista hacia la ventana. Noté como nuestras manos levemente se rozaron y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Si esto me pasaba con solo tocar su mano, no quiero imaginarme como será durmiendo en la misma cama. 
  No podía negar que era guapo. O no, tal vez no era guapo. Era.. no había palabras para describirle. 
  Giró su cara hacia mí y sonrió.
  Se quitó los tenis y subió las piernas sobre la cama, cruzandolas como un indio sobre esta en dirección hacia mí.
  - Cuéntame algo de ti -dijo estirándose y cerrando lo poco que estaba abierto de ventana.
  - Pues.. no sé, tu pregúntame y te digo.. -le contesté imitando lo que había echo él minutos atrás.
  Sin razón alguna, sus manos acabaron en mis piernas estirándolas hacia el y colocandolas el mismo sobre sus piernas, haciendo que me subiera levemente sobre su regazo. Una risilla tonta se escapó de mi boca e hizo que rodeara su cuello con mis brazos.
  - Mejor así -dijo sonriendo y apoyándose en el respaldo de la cama.
  Mis mejillas tornaron nuevamente un color carmesí y con mis dedos, recorrí su nuca haciéndolo casi sin que se notase estremecer.
  - Humm.. -murmuró- ¿que edad tienes?
  - Tengo exactamente 16 años y una semana -le contesté sonriendo.
  - Pues feliz cumpleaños atrasado -nos echamos a reír.


  
  Un minuto de silencio invadió la habitación y nuestras caras estaban a centímetros de distancia. Sentía como nuestras respiraciones se mezclaban y su frente, se apoyaba en la mía.
  Sus manos subieron desde mis muslos hasta mi cadera, dejándolas ahí y acercándome más hacia él.
  - Niall.. -susurré acariciándole la mejilla, este ladeo la cara hacia mi mano.
  - Dime.. -respondió esbozando una sonrisa, entrecerrando los ojos.
  - ¿Que intentas..?
  - ¿Yo? -preguntó indiferente. Asentí y soltó una risilla- intento caerte bien.
  - Si ya.. -reí al igual que él, separándome un poco- no hace falta querer besarme para que me caigas bien, eh.
  Se sonrojó y besó mi mejilla para soltarme sobre la cama y levantarse.
  - Guarda la ropa en el armario -susurró aún con las mejillas sonrojadas.
  Mis manos aún rodeaban su cuello.
  - ¿A donde vas? -le pregunté subiendo un poco mis manos y acariciándole su cabello dorado.
  - Voy a ayudar a mi madre a preparar el almuerzo, vienen unos amigos.. -sonrió y volvió a besarme la mejilla- si cuando termine aún no has bajado vengo y te ayudo, ¿si?
  Asentí dedicándole una sonrisa y me levanté de la cama deshaciendo mi abrazo de su cuello y este salió de la habitación.



  Abrí la maleta más grande y sentí como mi bolsillo vibró. Saqué el móvil y reí al ver el mensaje.
«Un chico me vino a recoger al aeropuerto..» era Sell.
  Le contesté al momento.
«¿Y era guapo?»
  No fue ni un segundo lo que tardó en responder.
«(:»
  Solté una carcajada y por alguna extraña razón intenté imaginarme su cara.
«Tranqui que llegué y todo genial, lo mejor fue cuando la señora me presentó a su hijo.»
«¿Y que tal?»
«(:»
«Se llama Zayn:$»
«Niall:$»



  En aquel momento supe que no iban a ser unas Navidades normales, ni para ella, ni para mí.
  No solo por el intercambio si no tal vez porque puede que pasaran cosas que ni yo misma me llegara a imaginar.

Introducción.

Recogía las cosas tan rápido como el tiempo me lo permitía. "No te estés tanto" me decía mi madre. "Ahora me quito" le respondía. Y tanto me estuve que me acabe durmiendo delante de la pantalla del ordenador y no guardé la ropa dentro de la maleta.
  Mi móvil sonó al rededor de las siete de la mañana, justo cuando estaba por cerrar la cremallera. Me levanté de la cama y lo cogí de sobre la mesilla sin ni siquiera ver de quien se trataba. 
  - ¿Sí? -pregunté mientras me pasaba la mano libre por el pelo. Eché un vistazo a la habitación y una oleada de nostalgia se abalanzó sobre mí.
  Me iría a pasar las navidades a Irlanda.  
  - Creo que te he despertado.. -dijo Selline. 
  Me eché a reír y me senté en la silla de delante de la mesa, apoyando el codo en esta.
  - Llevo despierta desde las seis, lista -contesté. 
  - Me dejé dormir anoche y no recogí las cosas.. -dijo tras un bostezo- y no puedo con mi vida. 
  - Ay calla que me puse a ver fotos en el ordenador y me dejé dormir justo ahí.. -respondí riendo, ella también lo hizo. 

  - ¿A que hora salimos? -preguntó tras unos minutos de absoluto silencio. 
  Levanté la vista observando el reloj que permanecía sobre la pared.
  - A las nueve, hay que estar en el aeropuerto a las diez -dije levantándome de la silla.
  - Nos vemos allí entonces, que si no no termino -dijo y colgó.
  Colgué y dejé el móvil sobre la mesa, acercándome de nuevo a la cama y terminando de cerrar la maleta.

  No iríamos al mismo lugar pero por alguna remota casualidad, elegimos el mismo día de salida a nuestros destinos, ya que las dos pasaríamos las navidades fuera, en casa de.. extraños.
  Habíamos convencido a nuestras madres de apuntarnos a cursos de intercambios y bueno.. todo salió bien. O eso creo. 

  Salí de mi casa a las nueve menos diez, subiéndome en el asiento del copiloto y echando un vistazo a la calle mientras mi madre arrancaba y se alejaba de mi casa. Conecté los auriculares al móvil y me dispuse a escuchar música mientras los ojos se me cerraban y caía en los brazos de Morfeo.
  Desperté antes de que mi madre aparcara y le toqué el hombro, haciendo que girara su cabeza hacía mí.
  - No hace falta -le dije soltándome el cinturón y abriendo la puerta del coche.
  - Llámame -dijo bajando la radio. 
  Asentí abriendo la puerta de atrás y bajando las maletas. Tras haberlo echo, asomé mi cabeza por la ventanilla y sonreí.
  - Te quiero mamá.
  - Y yo a ti cariño, cuídate -dijo volviendo a arrancar y a desaparecer entre los demás coches. 

  Entré en el aeropuerto recibiendo en el mismo instante una llamada de Selline, avisándome de que estaba sentada en una de las cafeterías. Me dirigí hacia donde me había dicho y me senté delante suyo.
  - ¿Qué, lista? -dijo tras dar un sorbo a su café.
  - Más que nunca.